Se fue como vino, inesperadamente
Supongo que así debía ser, inevitablemente
Aún estoy aquí pensándola, constantemente
Y leyendo sus escritos, diariamente
Todo debió ser así, penosamente
Pues el fuego del amor se apaga, tristemente
Y el recuerdo y el olvido se reunirán en nuestras mentes
Y un nuevo encuentro nos verá, quizás, tímidamente
Mientras duró fue bello, cálidamente
Mas debió acabar, necesariamente
Y aunque deba alejarla con el tiempo de mi mente
Vagará en mi corazón, intemporalmente.