gaspar jover polo

CORA SE EVADE

CORA SE EVADE

 

Cuando ya la creía firmemente asida

después de tanto buscarla,

desaparece, se borra, se difumina,

entra en el banco de niebla y, por allí, se pierde,

y él, incrédulo, se queda, como si no

pudiera entender una reacción tan imprevista,

por haber llegado a tenerla asida

por la delicada cintura una vez desencadenada

la relación amorosa.

Y advierte también que una persona asida

por la cintura no puede fugarse, que Cora peca

de misteriosa en exceso,

de impenetrable, más allá de lo que resulta lógico

imaginarse.

 

 

Gaspar Jover Polo