Hola.
Nunca creí llegar hasta este punto.
Aunque siendo francos siempre supe que llegaría.
Soy solo tinta derramada.
Derramada en un océano de soledad.
Pero agradezco el efímero momento.
Que tus ojos me brindan su luz por última vez.
Gracias por estar.
Aun sabiendo que sangraría.
Sin ti soy una voz.
Que disminuye como si nunca hubiese hablado.
Quédate conmigo seamos solo tú y yo.
Y como siempre que nuestro único testigo sea la luna.
Talvez me cierres en unos minutos.
Talvez no te acuerdes ni de mi nombre.
Pero siempre habrá algo de mi en ti.
Recuerdo la primera vez que fuimos solo la tinta tú y yo.
Tinta qué aún se estremece de emoción.
Temí no gustarte.
Temí confundirte.
No quiero festejos.
Solo quiero memorias.
Pero esta carta es especial.
Así que quémala al terminar.
Deja que el humo llene la habitación.
Espero mis cenizas no sean lo último que conserves de mí.