Tras la larga singladura
cruzando todos tus mares,
la venda de la cordura
debí perder por los bares.
He tirado tu cuaderno
de bitácora vacío
y el horizonte es eterno
con un nuevo desafío.
Ahora solo conservo
un futuro al abordaje
y un sustantivo sin verbo.
La botella con mensaje
en la que yo estaba inmerso
se me cayó por la popa.
Este penúltimo verso
ya no rima con tu boca.