Chico

Los londinenses

Los londinenses no caminan,

flotan

en brillosos bulevares del saqueo

que reflejan una historia oculta.

 

Los Rolls Royce del monarca tampoco pisan suelo, 

sobrenadan, 

entre huesos de esclavos.


Los londinenses son calca de Bond,

sin diplomacia: leones y unicornios, 

en el imperio moribundo.

 

Los londinenses posan sin corona

en Oxford Street

ante burkas y bikinis.

 

En Harrods, los londinenses compran libertad

                                                           empaquetada.

La reina ha muerto.

 

Los londinenses visten orfandad, 

diseñada por Burberry

y cargan coronas al revés,

                                            invisibles,

como sus árboles pelones, 

tirados cual scooter en el underground.

 

Los londinenses son un delta de azúcar, 

entre migrantes sin abrigo, 

sorben el té del capitalismo en ruedas.

 

Los londinenses son púberes 

que van solas al colegio 

bajo la niebla.

El Támesis no une: arrastra

y sin embargo, en sus orillas 

nada la esperanza.