Soy como el caronte navego entre animas,
Lamentos y penurias, un río echo de lágrimas,
Que no dejo escapar, por miedo a que vuelvan
Los recuerdos que en ellas se guardan.
Que me atrapen y me tiren del barco,
Llegar al fondo con ese beso que lo marco
Todo, nada cambio pero nada fue igual,
Una paradoja que hace que nada parezca real.
Sin entrar al infierno y sin salir de el,
Un destino que parece ser muy cruel
Pero que yo mismo elegí por miedo,
A no querer ver más allá de cada dedo.
Elegí quedarme a navegar por el río,
Preferí la balsa, la soledad y a estar vacío,
Que buscar ayuda para poder continuar,
Preferí el río que llorar.