Antonio Miguel Reyes

A la Madre querida.

A la Madre querida.

 

Ay Madre mía, cuanto te quería.

Persigues mi memoria cada instante

me ayudas ha seguir siempre adelante

sin tu sombra, vivir nunca podría.

 

Álveo de mi ser, al que pedía

caricias, arrumacos por calmante

aunque sé, que mi sueño es delirante

te ruego que me des tal armonía.

 

En mis sueños recobro tus caricias

de avisos y consejos en mis sesos

sentir tu permanencia y las delicias.

 

Mamá, mis sentimientos son procesos

para seguir viviendo las albricias

que traen tus halagos y tus besos.