Un simple poeta

Mi hada y sus manos bendecidas

En una noche primaveral
estaba en un encierro caudaloso
y me dije ami mismo :

Todas las personas conservamos
un ángel que nos protege
en los días que tememos
la dicha no nos deje

Pero he sido realmente afortunado
porque un hada Dios me otorgo
y en mi camino arrumbado
con su luz me encandiló

Más no sé dónde es que habita
ni se que vara tendrá
para ser tan buenecita
seguro de oro será.

Agradezco al Santo Padre
que la puso en mi camino
y le agradezco a mi madre
ser dueño de este destino

Se que las hadas son buenas
curando viejas heridas
por eso entrego mis penas
a sus manos bendecidas