Ana Maria Delgado

ESPASMOS

Deletrea en las sombras

incontables palabras,

con su  voz casi apagada,

formando un mixtura inusitada.

 

En su memoria las deja,

posteriormente las aleja,

nuevamente las memoriza,

en un proceso que se eterniza.

 

Evade la realidad, el presente,

en un ritual sorprendente,

se encuentra con su mente y su cuerpo,

se olvida del tiempo.

 

Emergen sus emociones,

se pierde en sus ilusiones,

todo lo vuelve cuestionable

y al mundo lo hace testigo de lo inefable.

 

Se olvida de los arquetipos irracionales,

de los estereotipados esquemas sociales,

aniquila ligazones, convencionalismos.

 

Busca construirse, perfeccionarse,

inventarse y reinventarse

en un ciclo continuo, en una travesía inacabable.

 

El coraje esgrime como armadura,

se sintoniza con la cordura

reta a quienes lo han enajenado,

y en la lucha se hace lúcido y profundo.

 

Expulsa los clichés, sus temores, 

y se sacia de nuevos sabores,

al obtener merecidas victorias,

en sus luchas diarias.

 

Plácido dormita y recupera fuerzas,

desenraiza sueños olvidados y esperanzas,

y por el aire cálido se eleva

como indómita mariposa en el alba.

 

POR: ANA MARIA DELGADO P