Si uno recuerda aquella sonrisa, aquella brisa que llamamos recuerdos, ese soplido que llenan nuestros pulmones de fragancias que nos traen memorias, esos sabores y dolores de la vida.
Esas pasiones que uno guarda en su pecho, lo que uno no imagina que se hace llamar futuro, el que quisiéramos entrelazar junto a la mujer con la que queremos dormir y tener a nuestro lecho.
Es cierto, es verdad que como una palabra no existe sin una vocal, el ser humano necesita de otro para hacerse llamar humano. Somos sociales, somos amigables, pero a veces somos tan despreciables.
¿Nunca has querido gritar sin que te importe lo que digan de ti?
Yo siempre he querido ser feliz, pero la sociedad pone que es lo correcto y lo que no, si el amor fuese incorrecto, ¿será motivo suficiente para dejar de amar?
No lo creo, dame la pistola, dame esas balas, que como penetran en la piel, lo mismo hacen tus palabras, no muero desangrado, pero si cae tinta de mi mano, es que la poesía que está en prosa, simplemente ha terminado.