Tamara Lobizón

Perdí Mis Piernas.

Apenas cubierta mi desnudez
refleja el frío de mi espalda,
y si alguien se atreve a tocar mi piel,
temblará culposo al ver que se desarma.
Me mantengo de pie porque a las raíces
no hay violento golpe que pueda arrancármelas,
no muero pero vivo con cicatrices
porque sobrevivir lastima el alma.
Las calles cesaron mis pasos,
el otoño simplemente desapareció.
Se intoxicó el viento, enfermaron los pájaros,
mi odio logró vencer mi amor.
Pero no entendí el mensaje de esta dura esencia
hasta quebrarme en la más cruel amargura
de sentir cómo mi sonrisa se borró en este día,
este día en que una caída destrozó mi cintura.
Ya nada me consuela es mi dulce desmedro.
Me desangro, lloro, y una luz se apaga.
No estoy muriendo, me desintegro.
Sin mis piernas no me queda nada.