Para mirarte
he repartido mis sueños entre sueños
muy lejanos y otros que no alcanzo.
Tú siempre me fluyes en los minutos más breves
en que no estoy. Hablándome a través de tu correo
de luz. Océano de palabras, de risas. Eres
el golpe necesario para despertar mi alegría,
pero tu nunca surges cuando más te extraño.
No tengo más nada para adornar esta distancia
y me parece de otras edades, tu recuerdo mínimo.
Me conformo con soñarte ahora, mariposa a trasluz
convertida en fuga, en imposible encuentro.
Me dejas con esta soledad de bordes ya borrados,
que no tiene puerta ni puertos, no tiene fin.
De espaldas al tiempo, tú te ausentas para llegar.
¡Qué tonta es la ilusión que en mi, tu ausencia enciende!
Sin nombre y ya sin voz. Soy polvo de amor en tus manos
y sin embargo, mi corazón se anima a esperarte siempre.
Yo
guardo apretado el eco abierto de tu sonrisa
para mirarte, como se miran las fotografías...
Código: 1101228310878