Me tomaste de la mano
y un súbito escalofrío
invadió mi cuerpo entero.
Tú y yo sellamos un pacto
reinando un mudo silencio
sin perder la esperanza
por saciar la sed temprana
de enlazarnos en besos,
besos profundos y tiernos,
dulces, eternos, sinceros...
Entre tu alma y la mía
reinó el mudo silencio
de palabras no pronunciadas
mas convertidas en hechos.