Cuando en tus sueños duermas, bella tenebrosa,
no te olvides de llevarme a una tierra sin Dios
donde la enfermedad, la muerte y sus cenizas
no logren apagar el fuego que nos conforto
de tus besos, tu voz y tu credo de amor
¿Con quién me quedaré, alma mía? ¡Espantoso dolor!
te cantaría un desesperado: ''ne me quitte pas''.
Y tanto más te amo, no te alejes más.
Oye conmigo que la noche avanza,
creo más en su silencio que en tu voz.
¡Despierta el sueño, ya se acabo la noche!
...adiós, suspiramos los dos.