Soy el caminante
que nunca descansa,
soy como la paloma
que siempre regresa a su nido.
Soy el ave cautivo
en tu trampa de amor,
soy el caminante perdido
esperando el sol.
Soy la brisa de la mañana
posada en tu ventana,
soy el arroyito de aguas fresca
que mojas tus labios y los míos;
y así me quiero quedar
para que no me olvides...
reina mía.
Autoria: Hector Fleyer
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