EL TROVADOR CANTANDO
Tras la torrencial lluvia de la tarde,
el perezoso sol que no asomaba
la tierra convertida en fango y lodo,
humedece cortezas con verdín.
Aspecto de miseria al panorama,
más falto de azucenas y amapolas
desabrido paisaje, sombras frías
que fatigan el aire y se apoderan,
de penumbras que bailan distraídas.
El trovador de los andes cantando vacilaba,
entre turbios recuerdos levitaba
y con ansias de eterna primavera,
suplicaba piedad y suspiraba.
Los arbustos que ebrios se estremecen,
al cristalinas gotas descender
entre hojas y troncos olvidados,
como lágrimas que llaman el ayer.
Imaginan pañuelos temblorosos,
que pudieran en pómulo absorber
el rocío de duelos, que alimentan,
la esperanza de un día florecer.
Autor: Velisario R. Sanabria Acevedo.