Caminando hacia el horizonte
sola o acompañada, no sé
contemplando el atardecer
empiezo a sentir tu piel.
Me tomas de la mano
caminamos viendo el mar
dejando huellas en la arena
escuchando al viento susurrar.
No importan pies descalzos
mi mundo es tu dulce mirar
las manos entrelzadas
nuestro único testigo; el mar.
Sonrío, te suelto, corro
vas riendo tras de mí
caemos juntos en la arena
ma besas, me acaricias sin fín.
Lástima que sea solo un sueño,
sueño, simple sueño nada más
porque sigues estando lejos
y con esa distancia,
este sueño amor mío,
jamás se hará realidad.