Llévame en tu regazo,
Lejos donde el sol duerme,
Lejos donde la noche acaricia con amor,
Y las estrellas brillan en un cálido resplandor.
Llévame en tu regazo,
Pues mi alma llora,
Sangra por el dolor derramado en su piel,
En su pobre corazón si el consuelo que el silencio otorga al lamento,
Ya que los sollozos atormentan si compasión.
Llévame en tu regazo,
Estoy perdido en un sin fin de lagrimas,
Que caen en la copa del sufrimiento.
Escucha con atención mi triste canto,
Ya que el que nace del silencio muere en el llorar de cada alma,
Porque los suplicios no son mas que la condena por tu tristeza,
Porque mi corazón pudo abrirse a ti,
Y derramar sus lagrimas sobre el fuego que quema al ser.
Llévame en tu regazo,
No me dejes caer en el abismo oscuro del mundo,
Ya que no puedo cargar esta cruz,
Mis lagrimas son inmerecidas a un mundo caído
Ante la oscuridad de infierno de su interior,
Donde el amor que cae en cada gota de sangre
Se desvanece en el fuego del odio.
Llévame en tu regazo,
Déjame desvanecer en el fuego de tu alma,
Déjame desvanecer las penas que pesan en mi ser.