Al cielo de recreo
tirado en la gramilla
le crece una mantilla
de hielo y mazapan.
El aire por travieso
se acerca de puntillas
la roba con suspiros
haciendose un disfraz.
Con genio de artista
va armando figuras
su lengua de tiza
las cambia sin mas.
Levanta castillos,
dibuja sirenas
a un tigre de arena
lo vuelve coral.
Le sopla una oreja,
le vuela el sombrero,
dos cuernos de luna
asoman detrás,
la boca muy grande
los ojos muy feos
a un viejo hechicero
le borra el disfraz.
El aire en su juego
se acuerda del cielo
que duerme desnudo
celeste total.
Lo mira un momento
se escapa un suspiro
soltó la mantilla
dejó de jugar