Cuéntame de tu ciudad, nicho imperial
marcado por historias de contiendas;
del mítico bastión que tras enmiendas
fue el Palacio Mondragón tan señorial,
mansión de los monarcas, monumental.
Y abajo de los templos, ¿qué me cuentas?,
con arcos de mihrabs, clara advertencia
de islámicas mezquitas en el solar.
Barrera natural y defensiva
de luchas musulmanas y cristianas,
del majestuoso Tajo y su avenida
que junto a la muralla mahometana
protegían a Ronda en la Medina
desde entrada la noche a la mañana.