Callada la noche, mientras llora la luna
¿donde estas? Que tanta falta me haces.
Caminando por mis recuerdos
te encuentro sentada en la barra del bar
brillando como diamante y esfumàndote
como humos de cigarrillo que escriben tu nombre.
Hàblame. Cuando a media madrugada
presa de la soledad te sientas triste, llàmame.
Hàblame. Cuando tu felicidad sea tan inmensa,
no quepa màs en ti y se desborde a carcajadas, llàmame.
Aunque tengas un dia simple y te sientas reventar por el estrès
toma tu celular y llàmame.
Y cuando sientas ganas de llorar y secar las perlas que bañen tus
mejillas con mi voz, llàmame, que para ti, tendrè los oidos
màs pacientes, tan pacientes como el amor que por ti siento.
Pero no me llames nunca, si lo que vas a decirme
es que no aspiro a ser àlguien importante
para ti.