Te escribo este poema como una deuda
porque deber un poema a una mujer
es imperdonable, es una deuda de honor,
pero sobre todo es una deuda de amor.
Aunque no creas que todos los poemas
se pueden plasmar en letras sobre un papel,
por muchas palabras que busque en mi mente
es difícil describir todos los sentimientos
que me inspiran una sonrisa tuya o una mirada,
es una sensación que sólo comprende el alma.
Podría comparar el brillo de tus ojos
con un faro en la distancia que sirve de guía
a los aventureros perdidos en el mar,
pero creo que sería mejor perderse dentro de ellos,
sería como quedar atrapado y sentirse libre.
Estoy pensando en tu sonrisa pícara de niña traviesa
que envuelve todo el entorno alrededor de mí,
cuando la vi ayer tenía miedo a parpadear,
ya sé que un parpadeo dura una décima de segundo,
pero es demasiado tiempo para perder esa sonrisa.
Escribir estas palabras ha sido fácil, sólo pensar en ti,
lo difícil es no quedar cautivo con este pensamiento,
atrapado y perdido entre el brillo de tus ojos y tu sonrisa.
FÉLIX