Tengo el alma tan herida
que ya no la queda sangre.
Tengo el alma tan dolida
que llora lágrimas de hiel.
Tengo el alma llena de tanto desamor
que se está rompiendo en pedazos.
Siento el alma tan obscura
que no penetra en ella el sol.
Siento el alma tan cansada
que sólo quiere dormir.
Dormir un sueño envuelto en paz,
libre de terribles pesadillas.
Quiero librar mi cerebro
de los fantasmas de la depresión,
pero eso sólo lo puedes hacer tú
y me has abandonado.
FÉLIX