Es muy fácil fundar una ciudad,
inventarse una historia y darle un nombre a las cosas más absurdas,
es muy fácil creerse el epicentro del mundo y ser la esencia
de todas las albricias,
conocer los augurios que revelan
las entrañas de un pájaro,
abrazarse a la lluvia
y al sol al mismo tiempo,
sin embargo
no es fácil ser feliz, ver cómo crecen
lentamente los trigos mientras siembra la noche
de estrellas tu jardín,
no
no es fácil ser feliz y es que de tanto
jugar a centinelas y esperar a que el tiempo no te eche
la culpa de los llantos has perdido
la costumbre de serlo y si lo intentas
primero, no te dejan
y además
estaría mal visto que un don nadie
se comiera las fresas y agotara el champán que han cosechado
sólo para otros ojos
las hijas de los dioses.