Franklin Sandi

Un zapato lastimado posó en el diario

 

 

Era la foto de un zapato lastimado que anidaba un pie

- con seguridad también lastimado -

solo un zapato inclinado a su costado incierto

sin lustre que reflejara la luz de ningún sol.

 

Era un zapato que se hizo famoso

sin más un martes de una semana gris

sin ojos que miraran el ojo de la tormenta

sin niños alrededor.

 

No salió en primera plana sino al centro de la nada

donde casi nadie llega un martes

con las ganas ni el tiempo para morirse de pie.

 

“Se busca a quien lo conozca” - reclamaba el anuncio -

y la foto pensativa mostraba el zapato negro

que esperaba ser llevado lejos de ese atardecer.

 

“Tiene pantalón azul y camisa blanca”

pero tímidas las formas y los colores no se mostraban

solo el zapato esperaba de costado

la tibieza de alguien que dijera al verlo: ¡Dios

aquel zapato es conocido!

 

Y al fondo de ese zapato negro el pié - tan solitario -

como recodo de camino interrumpido

desconcertado, aburrido, espeluznado

como conejo sorprendido

esperando sin respirar

que alguien lo llevara volando lejos de ese lugar

donde se iba haciendo raíz una extraña melancolía.