En la oscuridad de mi cuarto
llegaba la luz de aquel farol,
mi mente se tornaba obscura, con tantos giros…
con tanta ausencia, ausencia del sentido y en un
momento sentirme vivo por tener tu presencia.
Hasta donde podía llegar la luz de aquel farol,
invitándome a meditar los tropiezos de tu amor
iluminaba como una caricia mi cara
reflejando un llanto callado, una voz sin eco
voz que gritando a la noche solo dice… te quiero…
Sabía que te perdía, que me convertía en nada…
la sombra de mi cuarto era aún más obscura,
y hasta donde podía llegar la luz de aquel farol,
reflejaba nostalgia, reflejaba miedo, por sentirme perdido
por sentir que en esa noche de imaginación,
se perdía mi vida, se perdía mi corazón…
corazón vibrante que latiendo por un querer
descubrió emocionado que la luz de aquel farol
se perdió para siempre con la llegada del amanecer
llegaste tu ..
MPorras
19/IX/2010