Por un lado se mostraba parca
ya que solo hay una (la muerte);
del otro, estaba noble monarca
que ella lo probaba por fuerte.
A su criterio le otorgó el joker
pudiendo elegir cualquier juego:
Truco, Bridge, BlackJack, Poker,
lo pactado decidiría su ruego.
Indeciso para no cometer error
optó por disputar una partida
de Poker que calmaría su terror
olvidando esa estampa sombría.
La muerte mezcló las cartas
mientras los ojos reales miraban;
barajada tras barajada pasadas
sus anhelos de vida guardaban.
La primera mano fue repartida,
el rey no contaba cartas buenas,
el destino mortal no tenía salida,
la parca preparaba su faena.
La apuesta empezó de monedas,
la realeza repleta con oro vivía
pero su cabeza se hizo humareda
pues su existencia peligro corría.
Varías manos rápidas pasaron,
el rey no cambiaba su destino,
sus dedos frisados se quedaron,
nubloso se mostraba el camino.
Barajó otra vez, la ultima mano,
todo o nada intimidó la muerte,
flor imperial gritó el soberano,
ganó a la parca, ayudó la suerte.
Vito Angeli