A lo lejos se escuchaba…
“Seis de la tarde, ya estoy en patiquinao hay gaita por todos laos el ambiente esta que arde”…
una alegría que no conocía,
me enseñaste a escucharla,
la gaita, me enseñaste a escuchar la alegría,
pero no me enseñaste a escucharla sin ti,
ya no es igual,
se ha convertido en una alegría vacía
en un sin sentido melodioso,
que lo único bueno que trae consigo es esa imagen…
tu sonrisa llena de picardía y tu alegría por vivir
Aunque se destroce mi corazón lo haré por ti,
Cantaré la gaita que tu alma me enseñó a escuchar
Cantaré con la alegría vacía que el mundo me dicta,
…Pero con el recuerdo de tu sonrisa
Esa que no dejaba de brillar.
Pues, esperaré las seis de la tarde….
Veré la gente pasar mientras tanto cantaré, tiita, cantaré por ti…
Tocaré el cuatro de mi ser, el tambor del corazón y furro de los recuerdos,
Elevaré mis melodías por ti,
Porque me enseñaste a escuchar una gaita…
Robinson Alaña