Bella, suave,
endiabladamente sexy,
tu piel canela
en la mía blanquecina
de mujer acostumbrada
a vibrar en el deseo
y una huella profunda,
lenta, larga,
sigue derramando
gotas de agonía
en ti, en mí,
en tu vida, en mi vida,
en tu soledad, en mi soledad
y en nuestra compañía…
extasiando sentidos
entretanto
esperando
una llegada prometida
que se ofrece
aceptando eres mío…
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