Recordaré el latir
de su corazón.
Recordaré los pasos
-cansados pasos-
a orillas del río Genil.
Recordaré su respuesta:
"un poquino".
Recordaré su cansancio
por las calles de Granada.
Recordaré su vivir
-lágrimas me ahogan-.
El aire del pisico
se carga de tristeza.
No suena su palabra:
"me haces reír",
me decía sonriendo.
(A solas estoy
-no ríen las lágrimas-.
El alma está sola:
-sal de lágrimas amargas-
Me pesa,
me entristece,
su no presencia.
Ayer,alegría;
hoy,la nada, la soledad
de la estancia.
Tenbando queda del pecho la llama.
No se hunden mis pupilas
por el ventanal
mirando el espacio hondo y azul
-éntrame la melodía del silencio-
El vivir no me alegra.
El frío de la alcoba
hiere mis entrañas.
No me llega el latir
de su corazón
-íbase apagando el reloj,
el soplo jadeaba...-
Recordaré siempre la sencillez de su vida
-en un vaso cabía,
pero inmensa se extendía-.
Sentada en un banco de piedra
viendo zigzaguear murciélagos
del atardecer,
viendo nacer la luna llena,
oyendo el reír del Genil,
teniendo el beso de sus nietos
-Myrian y Salva-,
cuando entraba por la puerta
-"son un primor",decía-
.........................
Recordaré...
Pasan las horas...
¡Pero yo no tengo a ella!
-salvador-
20-11-2010- Granada