Adrian David

"Sin làgrimas en su muerte"

Suena la sirena de un nuevo dia,

la sandalia que hiere la alfombra

se pierde entre los arboles sin sombra

en el bosque de la angustia y la melancolia.

 

Llorar no es bueno mi madre decia

ella nunca tuvo agua en el manantial de sus ojos,

las làgrimas no eran bienvenidas en su rostro

me acuerdo de su semblante todavia.

 

cuando su vida se detuvo en el semaforo de la muerte

mi alma triste y altiva,

con mis ojos medios humedos y pensativa

tampoco quise llorarle a  su muerte.

 

su cuerpo destruido yace inerte,

doy gracias a mi madre,

que fue madre y padre

como una mujer sublime, como un hombre fuerte.

 

pero me enseño a no llorar,

ni a escaparme, ni a escoderme.