Caluroso entusiasmo que agota los sentidos,
bienvenido al abismo de los besos sin abrigo.
Repites el eco de tus sonoros embustes,
olorosos al tacto de la mirada insatisfactible.
Repiqueteante y despacio, que te oiga bien.
No me interesa un soneto
que salga del ingenio de a saber quién;
me interesa un silvido de consciencia o incoherencia
[tal vez
agarrotado de poesia y desatando por doquier
odio y ardor reprimidos en miradas
que no distinguen si saben
abrumar la vista de quien las recibe,
al tacto y gusto desinhiben
relevantes y perplejas...
sonrisas.