Rosa enfermiza, que amo prudentemente.
Regalo del arte, completamente me asesinas,
tu elegancia y encanto son entes divinas
cuando cae la noche te contemplo sonriente.
Por lo que te puedo comparar con el vino
¿De dónde viniste rosa consetida?
me embriago en tu olor, nunca termino.
Sólo en un instante se detiene la vida.
Esparces perfumes que ocaso tormentoso
¡Si no es sino la rosa presentida!
juegas con el viento, viento voluptuoso,
si Dios sopla a la rosa y a la vida.
Triste y tierna, la rosa enfermiza
por lo que es ella lo confundo
la de sí misma, al aire de éste mundo
ella sabe en que mano posa... la rosa enfermiza.