A veces pienso
que ya todas las palabras de amor
están dichas y sobreseídas.
Y
para mi desdicha
parece ser así.
Pero...
Si el amor va y viene a contracorriente,
nace y también muere repentinamente.
Ay amor, yo solo espero
que cuando ya nos arda el cansancio de las palabras cálidas,
grandes y sonoras, tú a mi me aceptes el agua clara de una sonrisa.
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