David Goya

DIOSA (David Goya) Palestina

Pareces, Diosa de mezquita,

con ese cuerpo diáfano,

solo extiéndeme tu mano

y mis penas se quita.

Con ese cuerpo esbelto

y lo poco que te peinas,

pareces una reina

con ese cabello suelto.

Y es que con tanta hermosura

como loco te amaría,

y hasta mi alma te entregaría,

por lo hermosa, esbelta y pura.

Porque solo tú, Diosa humana,

cada que el sol asoma;

se siente el suave aroma,

del perfume, que tu piel exhala.

Eres rosa de armiño,

que si estuvieras en mi jardín,

te cuidaría sin fin,

con amor, esmero y cariño…

Solo Dios, en ti hizo

una belleza grácil,

que no igualan las rosas de abril,

a uno de tus bellos y encantadores rizos.

Tienes miradas seductoras

con esos ojos tan brillantes,

que parecen dos diamantes,

con los que enloqueces y enamoras.

En tu voz refinada,

tienes al trino de las aves,

y eso tu muy bien lo sabes,

aunque nunca te han dicho nada.

Son tus labios de rubí,

los más tiernos y preciados,

por los que siempre he luchado,

desde el momento en que te vi.

Dos volcanes de fuego

es lo que en tu pecho tienes,  

para recostar mis sienes

y quedarme dormido luego.

Pero sería una ofensa,

porque al manchar tu blancura,

siendo tan hermosa como pura,

vendrían los Dioses en tu defensa.

Hasta alcanzar tu blancura,

voy a purificarme;

para que luego llegues amarme,

Diosa esbelta, grácil, y pura.