Que no te asombre
Si al mirar la belleza de una flor, digo tu nombre
O tanto en el amanecer, como en el ocaso del día, termino mencionando tu nombre
Que no te asombre
Si en una noche de luna llena imagino tu mirada serena y de pronto, digo tú nombre.
Si en el momento de contar las estrellas, o sentir el canto del viento, te nombro.
Que no te asombre
Al escuchar el golpeteo permanente de las gotas de lluvia sobre mi ventana,
o al sentir el fresco aroma de tierra mojada,
o mirar correr el agua sobre la acera, digo tu nombre
Y si todo esto te parece poco, que no te asombre si ando por la vida mencionándote, porque el solo hecho de decir tu nombre me hace feliz.