En el lento aire,
que mis labios beben,
la dulce brisa de tu nombre.
.
En el campo fértil,
que tu horizonte curva
y desciendes por el cuerpo,
guitarra de táctil sueños.
.
En la luz que despiertas
y amamantas de rocío,
en el rosal tardío, de tus ojos.
.
En la fina arena,
de la virgen carne de tu orilla,
donde mis hierros te hieren,
de estelas y caricias trémulas.
.
En la sempiterna noche,
que la muda e instintiva letra,
pretende la sexualidad de tu rima.
En el cálido aroma,
que madura, desprende tu fruta,
de estíos femeninos.
En la aldaba de mi pecho,
proclamo de angustias y truenos,
en el doble universo de tus besos.
.
En todos esos lugares,
donde yo te busco
y siempre,
siempre te encuentro.