No he de morir en batalla,
sólo, ausente en sangre y dolor de vida.
No he de morir a la salida
del trabajo, exhausto del velo de lo cotidiano, monótono.
Si he de morir, morire en tus labios
probando tu amor, tus sentimientos claros.
Pero ahora estoy muriendo.
Muero triste y exangüe,
lentamente,
sin batalla, sin sentimientos claros,
sin tu beso anhelo.