Tirita la tinta, ante esta oscura noche
en donde bailan los cantos
de mis abrumados sentimientos;
del olvido sangra la noche, mi anhelo
se pierde en la niebla y mi corazón pausa
su compás con el frío beso del invierno.
El paso ligero de la felicidad,
que descansa saltando en la fulgidez
de cada estrella, mi oído sensible
al son romántico posa sus versos
al compás de su melosa sinfonía.
Llora sin lágrimas el poeta,
musita la orfandad de su mirada
en la soledad de su lejanía,
los cantos alegres corren por la calles
como agua en el cauce,
¡Y el poeta llora sin lágrimas!.
el filo de la estrella, acorrala
con espada el mordaz canto
de la más lóbrega música del desconsuelo.
Lejanas se acorralan los besos tibios,
las caricias, alegrías que por pocas
se echan al olvido.
El mar que solo de fuentes dulce
no sabe de donde saca sal...
y el sufrido caminante que de fuentes llanto
no sabe de donde nace su sonrisa…
Evocan de la íntima voz de la noche
el silencio mas opaco que canta la vida penosa
y tu mar de propias aguas medra
las travesías de emociones repugnantes
que crean repudio a quien vuelva a sumirse
en los trigales de su alimento.
la muerte toca despacio la casa de tu anhelo
la vida rehace sus corazones
y reinventa emociones
la noche cambia estrellas por otras más brillantes
y el poeta susurra versos,
para llorar sin lágrimas…