***Carta sin Remitente***
Si me recuerdas…Con tu mirada inquisitiva me preguntaras
¿Por qué te escribo? Y la verdad es que no sé, ni que responderme
a mí mismo…Mas te diré que apresar del tiempo no he logrado
dejar tu recuerdo en el cementerio del olvido.
Te diré que como sonámbulos mis sueños buscan en las noches
el encuentro con tu piel, que aquel sabor a miel de nuestro primer
beso sigue siendo el sello que dibuja en mi boca una sonrisa cada vez
que lo recuerdo…
Sé que mis recuerdos son estériles esfuerzos por pretender
hacer que vuelva un pasado, que no volverá y que mas da
si yo se que en estas carreras de la vida, el tiempo siempre
nos gana la partida…
Sé que han pasado los años desde que enterramos aquel amor
de niños y pusimos una lapida sobre su tumba que dice: “Nunca, jamás…”
Pero ¿Qué hago? Con este terco corazón que me reclama tu ausencia
y suplica clemencia, yo para no escucharlo relleno con letras crucigramas
sin solución, que es como leer un pentagrama sin canción.
Es que nunca aprendí a rellenar los espacios entre palabra y palabra,
es por eso que voy robándole versos a Neruda para llenar esos espacios en blanco…
Y cuando creo haberte olvidado, este corazón me grita que regrese
tu presencia aun que sea en forma de recuerdo…
Quizás sería mejor enviarte una hoja en blanco, con un sobre en el que
este el nombre y dirección del remitente, con una de esas estampitas que capture el sabor de tu saliva…
Quizás sería mejor el pensar que ya has dado ese brinco a la eternidad
y que es cuestión de tiempo para empezarte a olvidar, mas el corazón
me dice que la muerte no ha vencido mientras no haya olvido, porque el
alma la trasciende y en el cielo una luz se enciende…
¡Ah! Si uno pudiera arrasar con los recuerdos del corazón por la falta
de memoria… Pero hay memorias que aun las olas del tiempo no
consiguen borrar.
Y es que nuestra historia, es como el péndulo de un reloj en mi mente,
que es recurrente y a cada hora se repite y por más que he querido jugar
al escondite, siempre me encuentra. Sé que es posible que al caer
esta carta en tus manos, pienses que llego a la dirección, hora y persona
equivocada y vaya a parar el cesto del olvido.
Y la razón por la que esta carta no lleva remitente es porque quemando
esperanzas este corazón espera, que al irla leyendo despierten tus nostalgias
y me recuerdes.
Firma: El loco de siempre