Como bálsamo prodigioso han llegado tus palabras
entre nubes locas que lloran y luego ríen su luz.
Tu mensaje me ha llegado, rompiendo toda distancia,
acariciando mi oído, alegrando mi mirada…
Y tu sonrisa se ha roto, abriendo un hueco en el cielo,
donde se asoman tus ojos para teñir de esperanza
esta tarde gris que llora y luego ríe su luz.
En mi alma se ha prendido el jardín de los deseos,
flores distantes que acercan su perfume y su color,
donde los sueños se viven sin lejanía ni ausencia,
como promesas vernales, que se hablan de tú a tú…