A veces pareciera que la vida es intensamente aburrida, o mi mente colapsa en ideas repetitivas. Mi vida se confunde, entre sueños creados que no son míos. Si me arrepiento de lo que hago, sabré que he perdido. Pero a la distancia se que todo lo que hago son consecuencias de las decisiones que un día tome.
Ahora unas gafas oscuras tapan mis ojos rojos, de tanto trasnochar. Sentado en el valcon, mirando el Malecón, añorando aquella isla que esta al frente de mi. Y solo me queda pensar, en todas las noches enteras que se llenan de sufrimiento interno, y ayuda a mi mente a desvelar. Sufriendo lentamente, voy matando mis ganas de sonreír, y poco a poco mis ojos van perdiendo el brillo que una vez gane.
Justo ahora una lágrima recorre mi mejilla… como pidiendo perdón al tiempo.
Con el tiempo he aprendido a que siempre he fabricado mi vida. Y mis errores y malas decisiones han sido producto de mi mente. Tal vez es así como me gusta vivir. Sufriendo en la inmensidad del dolor.
Busque en otros labios, algo de “amor”, pagando eso con sinceridad, respeto y amor, pero me toco recibir solo mi corazón destrozado y lleno de dolor. Con lágrimas en mis ojos, le digo Adiós. Y cierro mis labios para no herirme más, una mirada de despedida y un corazón roto que la quiso de verdad… (respiro profundo)… robó mi mirada en una noche de Noviembre, y con una tierna sonrisa coqueteo con mis instintos. Le pedí una mano para ser su amigo, y me regalo un beso en mis labios por hacerla tan feliz. Creí en sus palabras cual niño feliz, y me rendí a sus pies para verla feliz. Pero olvide que yo busque ese amor, y solo estaba creando un mundo ficticio, un cuchillo en mi corazón, abrió mis ojos otra vez… y con el dolor de mi alma regrese a la realidad otra vez. Su amor era fruto de lo que pagaba, y su sinceridad era lo que mis oídos querían escuchar. Su sonrisa era fruto de mi mundo, y su felicidad fue fruto de mi estupidez. Y ahora solo divago como ayer, y regreso a la eterna oscuridad de mi mundo. No nací para ser amado, ni para encontrar el amor.
Con el tiempo también he aprendido, a que mis palabras no tienen sentido, si no le hago caso a este dolor. Tan emocional, tan ridículo y tan sentimental.
No importa si llore un mar o solo sea una simple lágrima. El dolor es el mismo.
A veces escucharas al viento Decirte lo que sentí, y agradecerte hasta el fin,Recitara las mismas palabras que una vez te susurre,Invitándote a bailar en una nube de ilusiones…Así como en una noche de Noviembre Negaste mis defectos y saludaste a mi alma Así tan especial, los momentos fueron para mi.
Hasta Pronto…