ARIOSTO

CUANDO COJAS EL MAR

 

 

Cuando cojas el mar -todo el mar-

entre tus manos

y lo extiendas sobre ti

no distraigas el camino de las olas

que llegan amorosas vaciándose en su entrega

y a las arenas ardientes enamoradas

del azul intenso del cielo

que dora y madura tu cuerpo

no les preguntes por mí porque allí estaré yo

sorprendiendo tus ojos de niña miedosa

peinando invisible tu pelo revuelto

como si fuera la última página

o tal vez la primera

(en un mismo punto se encuentran)

de una vida que te volviera a nacer

entre mis dedos

moldeando de nuevo tu talle moreno

en sazón ya para una gran aventura

que deposito aquí

porque yo soy ese mar frío

que retienen tus manos

deslizándose suave

igual que un veneno insaciable

muy suave

como una serpiente

por todo tu cuerpo lleno de sol

electrizándolo

para colmarlo de un nuevo y vigoroso placer

del que no te podrás separar.

 

Diegojavier Oruña