Se me quedaron durmiendo,
entre los diez tactos leves,
las espinas calientes,
de tu rosal inquieto.
Roja rosa, divina,
de carne y de sangre,
rosa roja añorada,
de albas y tiempo.
.
Igual no encuentre la luna,
que te transforme en poema,
no halle la noche,
que me distraiga las penas.
Sobre mis venas de agua,
navegarán tus sueños,
a lomos del viento,
sobre un bajel sagrado,
llevaras todas las velas,
de mi alma vencida.
.
Igual tus ojos naveguen y guíen,
por la última estrella del cielo,
entre las albas medio dormidas,
de todos mis últimos besos.
Igual mis manos te quieran ,
por tu vientre estrecho y dulce,
por tu campo virgen de flores, recién regado.
Por tu piel morena
por tus ojos claros ,
por tu Luna mora,
por tu ser , siempre idéntico,
tan propenso al mio.