Arde en mi boca tu nombre,
Y corre por mi sangre el anhelo,
De morder tus labios, y así en infinitos
Pedazos hechos,
Tomarlos para por las calles, pasearme con ellos.
TU boca y tus besos me acompañan,
Bajo la luz, y aún en la sombra,
Murmurando, susurrando alguna hermosa parábola
De baldosas, pastos, y cascadas felices.
Jordi