LA SOMBRA DEL POETA

LA PALMA DE TU MANO

 

Desángrame la noche

con el hielo de tus labios

en la angustia recurrente

del silencio de tu alma

llena mis alforjas

con las culpas y reproches

que si no he querido irme ahora

no es por ti o por dejarte.


 

Me quedo para que mi nombre

ya no ruede por los suelos

no se queme en tu hoguera

de tu orgullo y tu soberbia

pues el mundo no gira

al contorno de tus ojos

ni en torno a tu figura

piensa bien amada mía

que la noche no es tu velo

ni el día tu cabello

que aunque ya no estés conmigo

mi vida seguirá adelante.


 

Mírame mientras me alejo

y no llores mi recuerdo

yo me voy cuando aún es tiempo

de salvar lo que me queda

de este corazón herido

mientras tú te quedas en tu orgullo

saboreando tu victoria

disfrutando alabanzas

de la gente que te adora

cuando acaben las fanfarrias

voltearas al horizonte

no veras ya mi silueta

y espero que en ese momento

al menos quieras decir

adiós con la palma de tu mano.