Desángrame la noche
con el hielo de tus labios
en la angustia recurrente
del silencio de tu alma
llena mis alforjas
con las culpas y reproches
que si no he querido irme ahora
no es por ti o por dejarte.
Me quedo para que mi nombre
ya no ruede por los suelos
no se queme en tu hoguera
de tu orgullo y tu soberbia
pues el mundo no gira
al contorno de tus ojos
ni en torno a tu figura
piensa bien amada mía
que la noche no es tu velo
ni el día tu cabello
que aunque ya no estés conmigo
mi vida seguirá adelante.
Mírame mientras me alejo
y no llores mi recuerdo
yo me voy cuando aún es tiempo
de salvar lo que me queda
de este corazón herido
mientras tú te quedas en tu orgullo
saboreando tu victoria
disfrutando alabanzas
de la gente que te adora
cuando acaben las fanfarrias
voltearas al horizonte
no veras ya mi silueta
y espero que en ese momento
al menos quieras decir
adiós con la palma de tu mano.