Un ciervo con gran sigilo
llegó a un río a beber
y pudo ver un cocodrilo
a cierta distancia de él.
Él piensa que va a poder
atraparme cuando beba
pero le daré larga brega
a la hora de correr….
Y el ciervo confiado y fiel
a su gran velocidad
subestimó la ferocidad
de quien lo quiso comer
y fue lo último que pudo hacer.
El ciervo veloz como el viento
no lo pudo demostrar
pues el cocodrilo pesado y lento
No tenía las de ganar,
Pero con todo y su velocidad
lo convirtió en su comida
con la feroz embestida
de una cruda realidad.
Moraleja:
Sé prudente compañero
aunque seas de los mejores,
pues al estar en otro terreno
desmejoras condiciones.
Cuando cedas terreno
no te quedes tan tranquilo
recuerda el final del ciervo
en manos del cocodrilo
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