Me pides, amor mío,
que te envíe un beso cada día,
como en otros tiempos.
Perdóname, mi vida.
Ya no podré hacer lo de antes.
Ni ahora, ni nunca.
Pero seguirán trepando
por todos los caminos de mi alma,
enredados sentimientos
que buscan tus huellas,
ternura encendida,
candor en tus ojos.
La misma brisa de albas pedigüeñas
alzará tu imagen en el arco iris
de rocíos nuevos y soles que esconden
misterios perdidos en tu corazón.
Seguirán ardiendo las fogatas blancas
que arrullan mis sueños
cuando pienso en ti.
Pero no me pidas, amor de mi vida,
nada de otros tiempos.
Ya todo ha cambiado.
Ya nada es igual.
Y me es imposible volver hacia atrás.
Porque ahora, mi reina,
te amo más. Y mucho más.
que en otros tiempos
que no volverán.