No hay tiempo que ganar
Cuando al prender la luz
Nos obstaculizan breves pensamientos
Prediciendo acontecimientos dormidos.
Pasan los momentos
Mueren más células.
Pasan las etapas
Nos van doliendo los huesos
de tanto peregrinar por los caminos
donde las rosas y cicutas nevadas.
Pasan las estaciones
y al mirar a los hijos
reparas en tus manos arrugadas,
hoy, un poco más, algo más,mucho más…
Y quedan los espacios, vacios eternos,
donde no anidaran jamás las ánimas aquellas
con quienes cruzaste alguna mirada;
y recuerdas, deseando abrazar al pasado,
Sujetando en la mente débiles retratos
resquebrajados por el desconsuelo.
Pasan las oportunidades
Y te callas por miedo
a la reacción, al eco, al efecto,
Y no mencionas un te quiero.
Pasa la suerte
Como estrellas fugaces
Que debiste palpar
Cuando gozabas de la noche.
Pasa la existencia…
Y no has notado que has estado.
Antonia Ceada Acevedo ©