Del sendero blanco que va a mi puerto
He reunido: cielos añiles de la altura,
Para calzar lo que conviene , mi vida.
Arrojando al mar las cenizas del pasado.
Un nuevo libro quiero dejar abierto;
E iré auto Biografiando en mi andadura
Los retratos jóvenes de mi alma florida
Y Abrazar al nuevo amanecer mentolado.
Por el sendero claro que va a mi puerto
Voy a encontrarme con la aventura
Dibujando una geografía, bendecida,
Con lirio malva y un ocaso ramificado.
Porque lo completo es llegar al acierto
con experiencia, fluidez y compostura,
acariciando la dicha semidormida
y despertarla con un beso estrenado.
ANTONIA CEADA ACEVEDO